¿Cuántas horas más?

Las mañanas son muy frías cuando solo estoy, tu presencia me hace falta como ayer y hoy, y mi voz sin querer repite "te extraño"...
Tu mirada, una sonrisa desde lejos, una frase que me dice tiempo al tiempo...
¿Cuánto rato más seguirá este cuento?

domingo, 17 de octubre de 2010

Un cambio radical.

Comenzaré contando mi historia. Me llamo Florencia Levy, tengo 18 años y nací en una pequeña ciudad argentina, San Pedro de Colalao. Cuando yo era chiquitita era un pueblo pequeño, pero con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en casi una ciudad. Vivimos a las afueras, en la zona más alejada del pueblo. La casa la heredamos de mis bisabuelos, que vinieron hace muchos años a vivir a Argentina por la expulsión judía. Hasta hace poco, vivíamos allí mis abuelos, mis padres, mis tíos, mis primos, mis dos hermanas y yo en la misma casa.
Mi familia siempre se ha dedicado a la ganadería. La carne de vaca argentina es muy famosa, conocida por todo el mundo, así que mis abuelos decidieron comenzar en el comercio de la carne vacuna. Pero desgraciadamente no tuvieron mucha suerte, ya que las vacas no se pueden alimentar bien en nuestra pequeña parcela, por lo que la carne no sale muy buena y no se vende muy bien. Mis padres y mis tíos continúan intentando llevar ese trabajo adelante, sacando más provecho de las vacas, como los cueros o el dulce de leche, pero tampoco parece tener mucho éxito.
Por eso mi familia estaba muy empeñada en que mis primos y yo estudiásemos. Mi sueño siempre fue estudiar Enfermería, pero sabía que en Tucumán era difícil estudiar y conseguir trabajo, por lo que desplacé mis sueños para ayudar a mi familia.

Comenzamos la escuela primaria en San Pedro, y continuamos estudiando allí, pero mis padres conocían el poco nivel que allí se impartía, así que cuando cumplí los 18 me pusieron a trabajar para conseguir dinero. Durante ese año, mis padres, mis tíos y yo estuvimos trabajando duro, ya que mi madre deseaba que yo continuara mis estudios en Europa.

Tras ese año, conseguimos el dinero suficiente para matricularme el grado de Enfermería, en la Universidad Complutense de Madrid (España). Me sentí muy orgullosa de mi familia porque me habían ayudado a conseguir mis sueños, y yo más tarde les ayudaré a ellos.
Por ellos en unas horas estaré en Madrid, dispuesta a empezar mis estudios en Enfermería. Tan solo he conseguido reunir 1611 pesos para mi estancia, lo equivalente a 300 euros. Dejaré atrás a mi familia, tendré que adaptar mis costumbres, adaptarme a un sistema completamente diferente, en definitiva, daré un cambio radical.

¿Conseguirá la sociedad española aceptar a una chica argentina dispuesta a estudiar?

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